18.7.13

El día que me casé ~ Las invitaciones

A medida que estábamos más cerca de fijar la fecha y mientras esperábamos a que terminaran los trámites burocráticos se hacía más necesario ponerse con las invitaciones. 
Después de unos días haciendo pruebas y puntualmente desesperada porque no conseguía "verlas" en mi mente se produjo por fin el clic. Y fue de forma tan natural que en realidad concluí que siempre estuvo ahí la idea pero que lo que tardaron en definirse fueron los detalles. 
Cuando vi claro que la gardenia sería la flor principal de mi ramo de novia y que el vestido y los complementos marcarían el tono general el resto fue fácil. 

Retomo la idea de volumen.
La tarjeta se abriría de abajo arriba pero dejarla tal cual daba una sensación muy plana así que el meollo de la información iría dentro y aparte. 
Hice otra incursión por la red para coger inspiración y ver frases que pudiéramos poner en la nuestra. Evidentemente no quería poner la misma frase que en la invitación de otra boda y quería que tuviera un significado personal para nosotros. Tampoco me encontraba muy inspirada para crearla de cero, tenía demasiadas cosas en la cabeza apremiándome con los tiempos, trabajo en la oficina, tiempo escaso en general y en realidad lo que quisiera decirle a mi novio prefería decírselo a solas antes que en una tarjeta para todo el mundo. Una es tímida para estas cosas.  

Encontré una idea que me gustó mucho. Unos novios usaron una frase muy buena de El Principito (Antoine de Saint-Exupéry), libro que me encanta: "Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos." 
Me pareció redonda, sencilla, llena de sentimiento. Una cita de un libro, ¡con lo que nos gusta leer...! Así que seguí buscando pero esta vez no en las invitaciones de otros, si no directamente en frases de libros. 
Escogí varias que me parecieron adecuadas y entre los dos elegimos una de Federico Moccia, casualidades de la vida que además es romano. (Tengo que confesar que en realidad no he leído nada de este autor. Sabía de su existencia pero hasta que empecé a buscar frases para las invitaciones literalmente no había leído nada escrito por él. ):

"El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra nunca" 

A mí me gustaba especialmente por lo contradictorio del principio de la frase y porque realmente hablaba de nosotros, de mi vivencia de la relación, sobre todo al inicio. Después de tener por bastante tiempo la sensación de no poder repetir algunos pasos en la vida ahora sin embargo me encontraba preparando una boda con ilusión. Tiene además relación directa con un momento puntual del que tengo un recuerdo tan cristalino como si estuviera pasando ahora. 


La parte interior trasera llevaría por fin las gardenias sobre un fondo lo más parecido posible a la tonalidad rosa de la boda. Hice varias pruebas de impresión y curiosamente el tono más parecido al rosa principal era el que menos me gustaba en papel. Yo soy de rosa en pequeñas dosis y me pareció todo un poco pastelón así que le dí una tonalidad más azulada y ha quedado a medio camino entre el rosa y el lila.


Es cierto que la coherencia era importante pero igual que no quería encabezonarme con algo hasta sus últimas consecuencias, tampoco quería, por respetar el conjunto, aceptar algo que no me dejara totalmente contenta. Así que me permití la licencia :)

La tarjeta interior fue otro motivo de reflexión. ¿Qué poner en ella? ¿Recurriría a las habituales fórmulas? Convencida de expresar ideas personales me limité a entrar directamente al asunto de la fecha y el lugar. 
Todos los que iban a recibir la invitación sabían que nos casábamos y sabían cuál era la fecha así que no habría nada sorprendente ni serían necesarios los rodeos, por otro lado perfectamente adecuados para otro tipo de circunstancias. 
Por supuesto dejamos constancia de lo importante que era la presencia de los asistentes pero de un modo más coloquial. La sencillez no quita para que haya cariño. 
Como elemento decorativo añadí un globo aerostático antiguo que se repetiría en la parte de atrás del sobre. Estos globos para mí significan libertad, aventura, sueños, descubrimientos...

¿Cómo unir esta tarjeta al resto de la invitación para que al abrir el sobre no se quedara dentro, no se cayera y el efecto comunicativo se perdiera tontamente? Con washi tape. Elegimos uno de Mr. Wonderful, perfecto porque iba en gris, uno de los colores principales de la boda, y en él se lee el texto "♥ WITH LOVE ♥".



Era estupendo para la etapa previa de la boda en la que la invitación iba a ser leída y muy adecuado también para después. Esto lo digo porque le había echado el ojo también a "Mr. y Mrs" pero para la invitación no pegaba. 
La idea de usar washi tape también era un guiño al mundo artesanal.

El toque final lo daría el sello para estampar que junto con la tinta compré a través de una tienda online.


¿Pero qué pasa cuando tú entregas un papel que debajo tiene otro? Que generalmente lo que hacemos es levantar el primero para ver qué hay debajo. Al menos yo sí. Es como con las fotos antiguas en papel. Lo normal es que, aunque muchas veces te contengas por educación, sientas el impulso de darles la vuelta para reunir información que dé contexto a la foto. A veces hay una fecha, el nombre del laboratorio o una dedicatoria. :) Me encantan las fotos antiguas y más aún con texto detrás.

En el caso de nuestra invitación lo que puse fue nuestro "sello" de boda, recordando la fecha y sirviendo después como distintivo para otros elementos de los que hablaré más adelante. 
Y lo mismo en la parte trasera de la invitación, para curiosos a los que guste saber qué hay por detrás :)



2 comentarios:

  1. Leyendo lo vivido me doy cuenta del curro que te metiste cariño. Menuda suerte tuve... Gracias.

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  2. Es que formamos un muy buen equipo ♥

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