14.8.13

El día que me casé ~ Los detalles generales: el peinado, el maquillaje, el arreglo del coche, el libro de invitados y la decoración de la mesa

El peinado fue fácil. Lo tenía claro desde el día que vi esta película: 500 días con Summer (500 días juntos) en una escena en la que Zoe Deschanel lleva un moño bajo lateral. Yo no tengo su melena pero algo se podría hacer.
Fui a la peluquería con unas cuantas fotos y el tocado hecho por mi. La prueba del peinado quedó así:


El maquillaje me lo hice yo. Cogí ideas de Isasaweis y de otros tutoriales de youtube, compré el material que me faltaba y ya está. Lo hice porque no me pareció tan complicado y porque desde hace unos años algunas sombras, lápices de ojos y máscaras de pestañas me dan alergia y me ha costado bastante encontrar marcas que no me irriten así que para qué me iba a arriesgar.

El arreglo del coche
Aquí optamos por algo sencillo. Cintas rojas y globos de colores vainilla y lila para atarlos y que volaran al viento. Evidentemente en el trayecto se fueron perdiendo todos pero fue muy divertido.
En un primer momento pensé en usar también rotulador blanco para decorar los cristales, removible, claro, pero luego nos imaginaba a los dos el día después rascando la pintura y se me quitaron las ganas. Tampoco ayudó que no encontrara rotulador blanco que no fuera permanente.
Así que lo sustituí por un cartel que pusimos en la luna trasera.


El libro de invitados
Esta idea fue cambiando mucho. Por un momento el soporte iba a ser un lienzo para después enmarcarlo y colgarlo en casa pero la idea nos pareció un poco farragosa a la hora de que los invitados nos escribieran unas palabras, ¿¿con lápiz?? ¿¿carboncillo?? ¿¿óleo?? Sin haberlo probado nosotros antes no nos convencía así que la desechamos.
Mi novio tuvo la genial idea: Encontró un cuaderno para scrapbooking con las hojas de cartón fino negro y nos pareció perfecto. Los invitados escribirían y firmarían con bolígrafo plateado y dorado y en la portada del libro pondríamos una de nuestras fotos de la preboda con un nota indicativa que iba atada a la espiral. La cita al pie de foto era: "Nuestras huellas no se borran de las vidas que tocamos", de la película Recuérdame. El problema de cómo presentarlo se resolvería después, al decorar la mesa del restaurante.



La decoración de la mesa
El último punto fuerte a la hora de romperse la cabeza fue la decoración de la mesa. Íbamos a celebrar la boda en un restaurante que nos tendría una mesa preparada para los comensales que éramos pero que no sabíamos cómo iba a quedar. La decoración la llevaríamos nosotros pero además de poner bonita la mesa debería ser algo que se pudiera poner en poco tiempo, más o menos fácil de transportar y que tampoco ocupase demasiado espacio porque no sabíamos cuánto tendríamos disponible. Algo así como decorar un sitio a ciegas. Y sin el "algo así como"...

El problema de las flores y las floristerías arrastraba el de las flores de la mesa. Me hubiera gustado que éstas tuvieran relación con el ramo pero dado que el tema del ramo no se solucionó hasta el mismo día de la boda no se podía dejar la decoración también para el final. Por otra parte estaba el problema de la supervivencia de las flores. Tendríamos que transportarlas y mantenerlas en el coche hasta que las fuéramos a colocar y no quería tener que acabar poniendo unos ramos de perejil porque mis flores llegaran mustias. Más aún con el asesoramiento nulo de los floristeros locos.
Así que recurrí a las flores de tela.


Los recipientes los encontramos en un pueblecito de Madrid, en una tienda de tipo rústico que tiene de todo, hasta puertas de madera labradas, cuadros originales, teteras...es una tienda para perderse y vaciarse el bolsillo sin anestesia.
Cuando los vi no sabía aún cómo los iba a usar pero supe que les encontraría su utilidad en la boda.


Las flores y los ramos de lavanda los compré en Ikea después de mucho buscar por internet y en más de una tienda física. Los vasos para las velas los compramos en Casa y el mantel, para que no quedara el espacio tan desnudo, lo hice yo.


Finalmente lo que iba a servir para decorar la mesa sirvió para crear un espacio especial donde presentar el libro de invitados.




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